domingo, 20 de enero de 2013

SURICATA



SURICATA







El Suricata, que recibe el sobrenombre de “centinela del desierto”, apareció en las regiones áridas del África Austral durante el período cuaternario (hace dos millones de años). Esta pequeña mangosta, cuyos antepasados lejanos son asiáticos, se ha ido adaptando al clima desértico del Kalahari, donde vive en grupos unidos por la sociabilidad.

  • La mangosta más afectuosa
La estructura social de los suricatas está basada en el afecto. Los miembros del grupo se acarician el hocico unos a otros varias veces al día, así se mantienen los lazos indispensables para la cohesión del grupo y se transmite el olor de cada individuo a todos los miembros. Es un signo de reconocimiento que les permite distinguir a los miembros de grupos rivales.
 

El grupo incluye varios machos y hembras en edad de reproducirse y sus crías; todos viven en la misma madriguera y son muy solidarios. A lo largo del territorio tienen muchas madrigueras que irán ocupando de forma sucesiva durante varias semanas, pero si las invaden las pulgas las abandonan rápidamente.

  • Un grupo muy unido para protegerse mejor
Como la mayor parte de los mamíferos, delimitan su territorio marcándolo con olores en diferentes zonas y para ello utilizan unas glándulas anales y también la orina, tanto de los machos como de las hembras. Luego, cada suricata frota su cuerpo sobre las marcas que han dejado los demás y todos los miembros del grupo huelen del mismo modo
 
Para defender el territorio vigilan sin descanso y los adultos se relevan en el puesto de centinela. Una señal de peligro provoca la huida hacia la madriguera más próxima, pero si no les ha dado tiempo pueden plantar cara al atacante e intentan intimidarlo. En esas ocasiones se demuestra la importancia de la unidad del grupo, que jamás abandona a uno de sus miembros mientras exista alguna posibilidad de salvarlo.

  • Pequeños criados por todos los adultos
La época de apareamiento se da en la estación más calurosa y húmeda del año. Tras 11 semanas de gestación, la hembra da a luz las crías en una de las cámaras de la madriguera, que ocuparán durante toda la crianza. La media es de tres crías por camada.

Durante las primeras tres semanas son los demás adultos quienes cuidan a las crías mientras las madres se alimentan para luego poder amamantar a su hijos.
Cuando ya pueden seguir a la madre es ésta quien les enseña a cazar.
En ocasiones se ha observado a suricatas adultos que ante el ataque de un águila cubrían a las crías con su cuerpo para protegerlas.


  • Alimentarse bajo la protección de centinelas
Los suricatas pasan la mayor parte del día al sol. Buscan larvas, insectos, escorpiones, lagartos, pequeños roedores y no comparten las presas.

Mientras están rebuscando por el suelo, un suricata subido a un tronco seco o a un termitero vigila atentamente los alrededores y ante el más mínimo peligro grita. Un gruñido indica un peligro impreciso, un ladrido señala un depredador terrestre y un grito de alarma especial anuncia a las rapaces.




Nombre:
Suricata suricatta
Familia:
Herpestinos
Orden:
Carnívoros
Clase:
Mamíferos
Identificación:
Pequeña mangosta de pelaje gris claro, dorso ligeramente listado; orejas pequeñas y redondeadas; mancha negra alrededor del ojo; cola larga y fina
Peso:
Entre 0,6 y 1 kg.
Distribución:
Sur de África, Namibia. Botsuana
Hábitat:
Regiones áridas y sabanas secas
Régimen alimenticio:
Insectívoro; también consume pequeños vertebrados
Estructura social:
Grupos de 10 a 30 individuos
Época de reproducción:
De octubre a marzo
Duración de la gestación:
11 semanas (de 73 a 77 días)
Número de crías por parto:
Una media de 3 (de 2 a 5); de 2 a 3 partos al año
Peso al nacer:
De 25 a 36 g
Longevidad:
12,5 años en cautividad
Estatuto:
No sufre amenaza directa, pero es necesario que se preserve su medio de vida


LLL

No hay comentarios:

Publicar un comentario