SURICATA
El Suricata, que
recibe el sobrenombre de “centinela del desierto”, apareció en las regiones
áridas del África Austral durante el período cuaternario (hace dos millones de
años). Esta pequeña mangosta, cuyos antepasados lejanos son asiáticos, se ha
ido adaptando al clima desértico del Kalahari, donde vive en grupos unidos por
la sociabilidad.
- La mangosta más afectuosa
La estructura
social de los suricatas está basada en el afecto. Los miembros del grupo se
acarician el hocico unos a otros varias veces al día, así se mantienen los
lazos indispensables para la cohesión del grupo y se transmite el olor de cada
individuo a todos los miembros. Es un signo de reconocimiento que les permite
distinguir a los miembros de grupos rivales.
El grupo incluye
varios machos y hembras en edad de reproducirse y sus crías; todos viven en la
misma madriguera y son muy solidarios. A lo largo del territorio tienen muchas
madrigueras que irán ocupando de forma sucesiva durante varias semanas, pero si
las invaden las pulgas las abandonan rápidamente.
- Un grupo muy unido para protegerse mejor
Como la mayor parte
de los mamíferos, delimitan su territorio marcándolo con olores en diferentes
zonas y para ello utilizan unas glándulas anales y también la orina, tanto de
los machos como de las hembras. Luego, cada suricata frota su cuerpo sobre las
marcas que han dejado los demás y todos los miembros del grupo huelen del mismo
modo
Para defender el
territorio vigilan sin descanso y los adultos se relevan en el puesto de
centinela. Una señal de peligro provoca la huida hacia la madriguera más
próxima, pero si no les ha dado tiempo pueden plantar cara al atacante e
intentan intimidarlo. En esas ocasiones se demuestra la importancia de la
unidad del grupo, que jamás abandona a uno de sus miembros mientras exista
alguna posibilidad de salvarlo.
- Pequeños criados por todos los adultos
La época de
apareamiento se da en la estación más calurosa y húmeda del año. Tras 11
semanas de gestación, la hembra da a luz las crías en una de las cámaras de la
madriguera, que ocuparán durante toda la crianza. La media es de tres crías por
camada.
Durante las
primeras tres semanas son los demás adultos quienes cuidan a las crías mientras
las madres se alimentan para luego poder amamantar a su hijos.
Cuando ya pueden
seguir a la madre es ésta quien les enseña a cazar.
En ocasiones se ha
observado a suricatas adultos que ante el ataque de un águila cubrían a las
crías con su cuerpo para protegerlas.
- Alimentarse bajo la protección de centinelas
Los suricatas pasan
la mayor parte del día al sol. Buscan larvas, insectos, escorpiones, lagartos,
pequeños roedores y no comparten las presas.
Mientras están
rebuscando por el suelo, un suricata subido a un tronco seco o a un termitero
vigila atentamente los alrededores y ante el más mínimo peligro grita. Un
gruñido indica un peligro impreciso, un ladrido señala un depredador terrestre
y un grito de alarma especial anuncia a las rapaces.
Nombre:
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Suricata suricatta
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Familia:
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Herpestinos
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Orden:
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Carnívoros
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Clase:
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Mamíferos
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Identificación:
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Pequeña mangosta de pelaje gris claro,
dorso ligeramente listado; orejas pequeñas y redondeadas; mancha negra
alrededor del ojo; cola larga y fina
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Peso:
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Entre 0,6 y 1 kg.
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Distribución:
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Sur de África, Namibia. Botsuana
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Hábitat:
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Regiones áridas y sabanas secas
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Régimen alimenticio:
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Insectívoro; también consume pequeños
vertebrados
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Estructura social:
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Grupos de 10 a 30 individuos
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Época de reproducción:
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De octubre a marzo
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Duración de la gestación:
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11 semanas (de 73 a 77 días)
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Número de crías por parto:
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Una media de 3 (de 2 a 5); de 2 a 3 partos
al año
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Peso al nacer:
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De 25 a 36 g
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Longevidad:
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12,5 años en cautividad
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Estatuto:
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No sufre amenaza directa, pero es
necesario que se preserve su medio de vida
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LLL